Un pasajero le toca el hombro al taxista para hacerle una pregunta.
El taxista grita, pierde el control del coche, casi choca con un camión, se sube a la acera y se mete en un escaparate haciendo pedazos los vidrios.
Por un momento no se oye nada en el taxi, hasta que el taxista dice:
– Mire amigo, ¡¡¡jamás haga eso otra vez!!! ¡¡¡Casi me muero del susto!!!!
El pasajero le pide disculpas y le dice:
– No pensé que fuera a asustarse tanto si le tocaba el hombro.
El taxista le dice:
– Lo que pasa es que es mi primer día de trabajo como taxista.
– ¿Y qué hacía antes?
– Fui chofer de carroza funeraria durante 25 años.
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