Cuando la clase de nutrición se mezcla con el parque:
Estaba Pepito en clase cuando el maestro dice:
—Niños, el mes de la nutrición empieza a partir de mañana. Así que les voy a pedir que cada uno de ustedes me traiga tres nombres de frutas.
Antes de que termine la clase, el maestro le dice a Pepito:
—Pepito, necesito hablar contigo.
Pepito se acerca al profesor y éste le entrega una carta.
—Pepito, es muy importante que le entregues esta carta a tu hermana. Por favor, encárgate de que nadie más la lea.
—Claro, profe.
De camino a casa, a Pepito le entra la curiosidad y abre la carta. La carta decía: “En el parque a las 6, el profe”.
Cuando llega a su casa, Pepito le entrega la carta a su hermana sin decir nada. Al llegar las 6, la hermana se va al parque a buscar al profesor. En eso, Pepito le pregunta a su mamá:
—Mamá, ¿me das permiso de ir al parque?
—¿Otra vez al parque, Pepito?
Al llegar al parque, Pepito se esconde y empieza a espiar a su hermana y al profesor. Observa que están platicando muy cerca. Al día siguiente, el profesor les dice a sus alumnos:
—Muy bien, niños, el día de ayer les pedí que me trajeran el nombre de tres frutas. Espero que todos hayan hecho su tarea. Empezaremos contigo, Pepito. Por favor, dime tus tres frutas.
Pepito, muy molesto, le contesta:
—Mire, profesor, si vuelve a ver a mi hermana fuera de clase, le diré a todos que usted no sabe diferenciar entre un melón y una banana.