El primer día de clases la profesora ingresó al salón de clases y empezó sus actividades con la siguiente pregunta:
¿Qué hacen sus madres para ganarse la vida?
Una niña pequeña dijo que su madre era doctora, otra que su madre era ingeniera.
Cuando fue el turno del pequeño Pepito, se puso de pie y dijo:
“Mi mamá es una prostituta”.
Naturalmente, después de esta información, lo enviaron a la oficina del director.
Después de 15 minutos regresó a clase.
Entonces la maestra le preguntó:
“¿Le dijiste al director lo mismo que dijiste en clase?”
Pepito respondió:
“Sí”, profesora, le dije textualmente lo mismo
“Bueno, ¿y qué dijo el director?”
Me aconsejó y me dijo que cada trabajo es importante en nuestra economía, luego me dio una manzana y me pidió el número de teléfono de mi madre.