Un marinero y un pirata se encuentran en un bar y se empiezan a contar sus aventuras en los mares.
El marinero nota que el pirata tiene una pierna de palo, un garfio en la mano y un parche en el ojo y le pregunta al pirata:
– ¿Y cómo terminaste con esa pierna de palo?
El pirata le responde:
– Estabamos en medio de una tormenta y una ola me tiró al mar, caí entre un montón de tiburones. Mientras mis amigos me subían un tiburón me arrancó la pierna de un mordisco.
– !Guau! – replicó el marinero. – ¿Y qué te pasó en la mano, por qué tienes ese garfio?
-Bien…. estábamos abordando un barco enemigo y mientras luchábamos con nuestras espadas contra los otros marineros, un enemigo me cortó la mano.”
– ¡Increíble! – dijo el marinero -¿Y qué te paso en el ojo?”
– Una paloma que iba pasando y me cayó excremento en el ojo.
– ¿Perdiste el ojo por un excremento de paloma?
– Bueno… es que era mi primer día con el garfio…
El taxista nervioso
Un pasajero le toca el hombro al taxista para hacerle una pregunta.
El taxista grita, pierde el control del coche, casi choca con un camión, se sube a la acera y se mete en un escaparate haciendo pedazos los vidrios.
Por un momento no se oye nada en el taxi, hasta que el taxista dice:
– Mire amigo, jamás haga eso otra vez!!!. Casi me muero del susto!!!!.
El pasajero le pide disculpas y le dice:
– No pensé que fuera a asustarse tanto si le tocaba el hombro.
El taxista le dice:
– Lo que pasa es que es mi primer día de trabajo como taxista.
– ¿Y qué hacía antes?.
– Fui chófer de un coche funerario durante 30 años.