Pepito estaba con su novia viendo la televisión en el sofá de su casa cuando, de repente, se fue la luz. En medio de la oscuridad, su novia le susurró con picardía: “Aprovecha ahora, Pepito, aprovecha”.
Pepito, sin perder tiempo, se levantó rápidamente del sofá y comenzó a moverse en la oscuridad. Su novia, intrigada, le preguntó: “¿Qué estás haciendo, Pepito?”
Con una sonrisa traviesa, Pepito respondió: “¡Aprovechando, como dijiste!”
La novia, confundida, encendió la linterna del móvil y apuntó hacia donde estaba Pepito. Para su sorpresa, lo vio cargando la televisión hacia la puerta.
“¡Pepito! ¡Eso no es lo que quería decir!”, exclamó la novia, mientras intentaba contener la risa.
Pepito, con una mirada inocente, respondió: “¿No dijiste que aprovechara? ¡Así que estoy aprovechando la oportunidad para llevarme la televisión a otro lugar donde haya luz!”
La novia no pudo evitar reír ante la ocurrencia de Pepito, mientras lo ayudaba a llevar la televisión de vuelta al sofá y esperaban a que regresara la luz.