Le sucedió a un amigo.
Juan llega a una cafetería para encontrarse con un amigo.
– Pepe no puedes creer lo que me ocurrió, fui a un bar y pedí un café, en la mesa de al lado estaba una rubia que me miraba y me miraba con insistencia, llamé al mozo y le dije que le sirva lo que ella quisiera de mi parte, pide un café expreso y me lo agradeció con una hermosa sonrisa…
Después de unos minutos me invitó a sentarme con ella, charla va charla viene y me cuenta que está en serios problemas con su marido y bla, bla, bla, luego me invitó a su DEPARTAMENTO.
Ni te imaginas lo buena que estaba esa mujer, ya cuando estábamos en el departamento justo que vamos a la empezar con la faena…, zas, llega el esposo, ella muy calmosa, pensó rápido y me dijo:
“No te asustes que yo lo acomodo” y luego me dice:
Agarra la plancha, y empieza a planchar la ropa que hay en la mesa.
Entra el esposo y le hace una pregunta:
– ¿Qué hace este tipo aquí?
– Es un chico que no tiene trabajo y le di para que me planche la ropa amado.
El tipo se quedó a mí costado 2 horas mirando y sin perder de vista de cómo planchaba, terminé y me fui más rápido que inmediatamente.
Es decir, estoy vivo gracias a la astucia de esa hermosa mujer..!!
– Por curiosidad, esa belleza ¿vive en la calle pola # 1719?
– Si Pepe ¿por qué?
– Boludo!! Planchaste la ropa que yo lavé ayer.