El primero se acercó al anciano, apagó su cigarrillo en la hamburguesa del viejo y luego se sentó en el mostrador.
El segundo se acercó al anciano, escupió en el café con leche del viejo y luego se sentó en el mostrador.
El tercero se acercó al anciano, tiró el plato del anciano al piso y luego se sentó en el mostrador.
Los clientes que estaban observando el hecho y quedaron completamente sorprendidos por la conducta de los hombres, pero el anciano no parecía estar afectado en absoluto.
Sin una palabra de protesta, dejó silenciosamente su mesa y se retiró del lugar.
Poco después, uno de los motociclistas dijo a la camarera:
“La actitud del viejo, no dice mucho de un hombre, ¿verdad?”
La camarera le respondió:
– “Tampoco dice mucho de un conductor de camiones, acaba de aplastar sus 3 motocicletas con su camión”.