Una mañana, Jimmy se despertó especialmente engreído. Llegó a la escuela con actitud de superioridad y comenzó a acosar a sus compañeros, diciendo: “Oye tú, de lentes. ¿Quién es el chico más robusto de la escuela?” El chico, completamente atemorizado, respondió: “Claro que eres tú. Eres el más poderoso de todos los alumnos de la escuela. Por favor, no me hagas daño”.
Jimmy se alejó satisfecho consigo mismo y sonriendo. Sin embargo, al ver a otro estudiante, se acercó corriendo y gritando, preguntándole: “Dime, ¿cuál alumno es el más fuerte en esta escuela?”. El estudiante, sin vacilar, respondió: “Eres tú, sin lugar a dudas. Pero por favor, no me hagas daño”. Jimmy lo dejó en paz y se alejó aún más lleno de arrogancia.
Después, Jimmy divisó a Jaimito y corrió hacia él de forma intimidante, preguntándole: “A ver, dime, Jaimito, que estás siempre preparado y desagradable. ¿Qué niño es el más poderoso de la escuela?”. Jaimito, quien ya estaba cansado de los abusos de Jimmy Trump, lo golpeó con puñetazos y luego lo remató con una patada, dejándolo casi inconsciente.
Cuando Jimmy recuperó el aliento, dijo: “¡Caray, Jairo! Si no sabes la respuesta, no tienes por qué enfadarte”.