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Los mejores chistes de Pepito


Pepito estaba con su novia viendo la tele en un sofá, de pronto se fue la luz, y su novia le dijo:
– Aprovecha ahora Pepito, aprovecha.
Pepito se levantó y se llevó la televisión.


La amiguita de Pepito le pregunta a su mamá:
– Mamá, mamá, ¿las niñas de 9 años podemos quedar embarazadas?
– No hija
Y dice la niña:
– !Yupiiiiii Menos mal!


En la farmacia: – Buenas ¿Aquí venden “frecuencia”? – No, ¿qué es? – No sé, pero el doctor me ha dicho que tengo que bañarme con eso.


Una vez Pepito se puso a vender huevos dentro de una iglesia:
– ¡Huevos, huevos, a 1 dólar la docena!
Y el cura muy molesto grita:
– ¡Saquen a ese niño de los huevos!
Pepito asustado le dice:
– ¡Padre, mejor de la orejita!


Pepito con sus amigos

Pepito mira el calendario y le dice a su amigo:
– Hace 15 días que mi tío descansa en paz.
– Oye Pepito, por qué no me dijiste nada sobre la muerte de tu tío -. Le responde este.
A lo que Pepito respondió:
– ¡Cómo crees si la que murió fue mi tía!


Un amigo le dice a Pepito que las personas mayores siempre guardan secretos y por lo tanto es muy fácil sacarles dinero, solo simulando que uno sabe algo.
Pepito decide hacer la prueba con su padre, se acerca mientras este leía el periódico y le dice al oído:
– Lo sé todo…
El padre se asusta y le dice rápidamente:
– Bueno Pepito… toma 100 dólares y no se lo digas a nadie.
Contento con su maldad decide probar con la madre:
– Mamá, acabo de enterarme, lo sé todo…
Asustada la madre le dice:
– Toma Pepito 300 dólares y no se lo digas a nadie por favor.
Llaman a la puerta y sale Pepito a contestar, cuando ve al cartero le dice:
– Lo sé todo…
Entonces el cartero, con lágrimas en los ojos abre los brazos diciendo:
– ¡Hijo mío por fin lo sabes!


Pepito ve a su anciana vecina caminar por la calle y exclama:
– Doña Rufina ¿pero usted tiene dos pies?
– Claro que sí, Pepito ¿Y a qué viene esa observación…?
– Es que mi papá me dijo que usted tenía un pie en el otro mundo.


Pepito llega a la estación de policía:
– Corran, corran que mi papá está peleando en la esquina y lo van a matar.
Efectivamente los policías acudieron a la esquina, donde estaban dos hombres enfrascados en un duro combate. Entonces le preguntan a Pepito:
Pero hijo, ¿Cuál de ellos es tu papá?
– No se sabe, por eso es la pelea.


Pepito se roba el auto de su mamá, pero en la esquina un policía lo para. – ¿Oiga tiene permiso de conducir? – Si oficial, mi mamá me deja.


Un señor va caminando y ve un niño (Pepito) tratando de alcanzar el timbre de una casa.
– ¿Necesitas que te ayude?- le pregunta y ante su afirmación carga a Pepito que toca el timbre repetidamente, después el niño le dice:
– Muy bien ahora ¡Corramos!


Un viejito le pregunta a Pepito:
– Oye niño, ¿Cuántos años crees que tengo?
– Discúlpeme señor, pero es que yo sólo sé contar hasta cien.


Pepito le pregunta a su padre:
– ¿Papá es verdad que en China los hombres no conocen a su mujer hasta despues de haberse casado?
– Eso pasa en todas partes, hijo.


La mamá de Pepito le dice:
– ¡Pepito, aléjate de la jaula del león!
– No te preocupes mamá, no le voy a hacer nada.


Pepito oye ruidos en el cuarto de sus padres, así que se levanta y se asoma a ver qué pasa y se encuentra a su madre saltando encima de su padre.
– ¿Papá, mamá, que hacen?
Contesta la madre:
– Pues… eh… mira, es que papá está engordando, así que estoy saltando encima de su panza para que adelgace.
– Pero mamá, eso no puede funcionar.
– ¿Ah, no? ¿Por qué?
– Porque todos los días, después de que tú te has ido al trabajo, la vecina viene a casa y vuelve a inflarle la barriga a papá.


El padre le dice:
– Pero Pepito ¿no te da vergüenza? A tu edad Einstein era el primero de la escuela.
A lo que responde Pepito:
– Y a la tuya ya era Premio Nobel.


Pepito le dice a su papá: – Papá, papá, mi hermanita ha prendido la computadora.
El papá le responde:
– Déjala hijo, que tu hermana juegue un ratico.
– Esta bien papá, pero si el fuego llega a tu cuarto, es tu problema.


El papá de Pepito le dice a su hijo:
– Mira Pepito, ya hablé con la cigüeña para que te traiga un hermanito.
– No me jodas papá, habiendo tantas mujeres, ¿estuviste con una cigüeña?


La mamá le dice a Pepito:
– Ve a la tienda y tráeme pegamento.
A lo que Pepito contesta: – ¡NO!!!
La madre le amenaza: – Entonces te pego.
– ¿Cómo me vas a pegar si no tienes pegamento?


— Pepito le temes al Diablo? — Yo, no le temo ni al Malamen. — Y ¿quién es ese? — No sé pero en la iglesia siempre que rezan dicen: “Y líbranos del Malamen”


Pepito le dice al papá:
– Papá, mamá se quiere tirar por la ventana.
– Pues dile a tu madre que le he puesto los cuernos, no alas.


– Abuelita, cierra los ojos. – ¿Y por qué Pepito? – Porque mi papá dijo que cuando cierres los ojos ¡seremos millonarios!


– ¡Papá, papá!, la profesora hizo una pregunta y yo fui el único que levantó la mano. – ¿Y qué preguntó? – ¿Quién no hizo la tarea?


Extrañada de que su hijo regresara tan temprano de la escuela, la mamá de Pepito le interroga:
– ¿Por qué llegaste tan temprano de la escuela, hijo?
– Es que fui el único que pude contestar una pregunta.
– ¡Muy bien, Pepito! ¡Eres un niño tan estudioso! ¿Y cuál fue la pregunta?
– ¿Quién le tiró el borrador al Director?


Pepito compró unos bombones y se los comió todos en un minuto.
Su hermana se quejó:
– Te comiste todos los bombones y no te acordaste de mí.
– ¡Claro que me acordé, por eso me los comí tan deprisa!


Pepito le dice a la mamá:
– Mamá, ¿es la abuelita fosforescente?
La mamá contesta: – No, hijo.
– Entonces, se está electrocutando.


Pepito llega feliz del colegio y le dice a su mamá:
– Mamá, mamá, ¡ya aprendí a escribir!
– ¿Y qué escribiste?
– ¿Cómo voy a saberlo, si todavía no he aprendido a leer?


– Mamá, mamá, ¿el retrete da vueltas?
– No, Pepito.
– Entonces hice caca en la lavadora.


La madre le dice a Pepito:
– A ver si te portas bien, porque cada vez que haces algo malo me sale una cana.
– Ahhh, entonces tú debiste haber sido tremenda, porque fíjate cómo está la abuela.


La mamá llama a Pepito y le dice:
– Le dijiste a tu hermana que era fea, y está llorando, ve y dile que lo sientes.
Entonces, va Pepito y le dice a la hermana:
– Hermanita, siento que seas tan fea.


La madre manda a Pepito a comprar unas tortillas. Por el camino este se encuentra un desfile de modas, vuelve para la casa y le dice a la mama:
– ¡Mamá, mamá! Acabo de ver un desfile de moda, estaba miss Colombia, miss Guatemala y miss Panamá.
– ¿Y mis tortillas Pepito?
– ¡No, esa no la vi!


Se levanta Pepito y le dice a su papá:
– Papá, papá, hoy me levanté con ganas de trabajar.
– ¿Y qué vas a hacer?
– Acostarme para que se me quiten las ganas.


Pepito le dice a su padre:
– Papá, papá, no quiero ir a la escuela.
– ¿Por qué Pepito?
– Primero, tengo sueño, segundo, me aburro, tercero, se ríen de mí.
– ¡Pues, tienes que ir!
– Primero es tu obligación, segundo ya tienes 40 años, tercero eres el director de la escuela.


Pepito le dice a su mamá:
– Yo ya no quiero jugar más con Juanito al rompecabezas.
– ¿Por qué?
– Porque al primer martillazo ya está llorando.



– Papá, aquí traigo mis calificaciones.
– !Queeeeeeeee, suspendido! ¡Esto se merece una paliza!
– ¿Verdad que si papá? vamos, yo te digo donde vive el maestro.


– Pepito, hijito, necesito hablar contigo de un tema muy importante.
– ¿De qué tema, papá?
– De se><o.
– Claro papá, ¿Qué quieres saber?


– Mamá, ¿por qué la novia va vestida de blanco? – Porque es el día más feliz de su vida – ¿Y por qué el novio va vestido de negro?


Pepito le dice a su papá:
– ¡Papi necesito un vaso de agua!
– ¡Muchacho ya te he dado 34 vasos de agua!
– ¡Pero papi es que se me está quemando el cuarto!


Pepito llega a la casa después de su último día de clases y le dice a su papá:
-Papá ¿te acuerdas que a principio de año me dijiste que me pagarías. $1.000 dólares si pasaba de año?
– Si hijo, ¿por qué? no me digas que…
Pepito lo interrumpe y le dice:
– ¡Si papá! ¡Te ahorré ese gasto!


Papá, ¿Los marcianos son amigos o enemigos? – No sé Pepito, ¿porque? – Porque se están llevando a la abuela. – Pues son amigos hijo.


Llega Pepito de la escuela después de haber hecho sus pruebas finales y el papá le pregunta:
– A ver Pepito, ¿Cómo te fue en los exámenes?
– No sé Papi, pero los maestros que estaban revisando la prueba eran muy religiosos.
– ¿Por qué Pepito? Pregunta el papá.
– Porque cuando estaban revisando la prueba solo se les oía decir: “Ay Dios mío”, “Santísimo”, “Madre de Dios”.


– Pepito, ¿Qué regalo quieres para Navidad?, ¿Hermanito o hermanita? – Ay mamá, yo creo que te va a doler cuando salga, pero, ¡Lo que quiero es una bicicleta!



Pepito en la casa

– Mamá no quiero jugar más al rompecabezas con el hijo de la vecina. – ¿Por qué Pepito? ¿No sabe? – Sí, ¡pero se pone a llorar al primer martillazo!


Pepito has suspendido varias pruebas, ¿Por qué?
Papi, si un solo profesor no puede enseñarnos todas las materias, como esperan que un solo alumno se aprenda todas las materias?


– ¡Papá, papá, vinieron a preguntar si aquí vendían un burro! – ¿Y qué les dijiste, Pepito? – Que tú no estabas.


– Papá, me quiero casar con mi abuela. – ¿Cómo te vas a casar con mi madre Pepito? – ¿Y cómo tú te casaste con la mía y yo no dije nada?


– ¡Papá, papá, allá afuera hay un pobre señor gritando! ¿Me puedes das dinero para ese pobre hombre?
– Claro, aquí está el dinero, pero ¿Que grita el pobre hombre?
– ¡Helados, helados!


– Papá, papá en la escuela me dicen mentiroso.
– Ay Pepito, si ¡todavía no vas a la escuela!


– Pepito, ¿Por qué llegas tan tarde a la escuela?
– Por el cartel en la calle maestra.
– ¿Qué cartel?
– El que dice: “Zona escolar, vaya despacio”.


La maestra le pregunta a Pepito:
– A ver Pepito, si yo digo: “fui rica”, es pasado, pero si yo digo: “soy hermosa”, – ¿Qué es?
– ¡Exceso de imaginación profesora!


La maestra le dice a Pepito:
– A tu edad yo me sabía todos los nombres de los países.
Y Pepito le contesta:
– Pues en ese tiempo existían dos o tres solamente, maestra.


La maestra pide a los niños que hagan una oración completa, Pepito levanta la mano.
– A ver Pepito.
– Mi hermana está embarazada.
– !Muy bien!…. y ¿cuál es el sujeto?
– Todavía no se sabe.


La maestra le pide a Pepito que dibuje un huevo.
El empieza a dibujar y se mete la otra mano en el bolsillo, entonces una de las compañeritas grita:
– ¡Maestra, Pepito se está fijando!


La maestra de Pepito dice a los alumnos:
– Niños, hagamos un ejercicio deductivo… Supongamos que hay cinco pájaros posados en un arbusto y le disparamos a uno con una pistola.
– ¿Cuántos pájaros quedarían?
– Ninguno – responde Pepito – porque uno moriría y los otros saldrían volando.


La profesora dice:
– Juanito venía a la escuela, pisó una cáscara de banana, se cayó y se quebró una pierna.
– ¿Qué hay que aprender de esto Pepito?
– ¡Que no hay que venir a la escuela!


En la escuela la maestra pregunta:
– ¿Por qué llegas tarde Juanito?
– Ay maestra, es que venía en mi caballo, se echó y no quiso seguir caminando.
– ¿Y tú Carlitos por qué llegas tarde?
– Ay maestra, es que mi caballo, se echó y no quiso seguir caminando.
– ¿Y tú Pepito por qué llegas tarde? ¡Tú no tienes caballo!
– Ay maestra, con tantos caballos echados, no podía pasar……


Otro día Pepito y Carlitos llegan tarde:
– ¿Por qué llegaste tarde Carlitos?
– Maestra, es que soñé que estaba volando un avión, me pasé toda la noche y parte de la mañana, por eso llegué tarde.
– Pepito, ¿Y usted por qué llegó tarde?
– Maestra yo me quedé en el aeropuerto toda la mañana esperándolo a él y nunca llegó.



Llega un día Jaimito a la escuela y le pregunta a Pepito:
– Pepito, ¿qué escribiste tú en la tarea?
– Yo no escribí nada, ¿y tú?
– Yo tampoco escribí nada.
Y le dice Pepito:
– ¡La profesora va a creer que nos copiamos!


— Pepito, ¿Quién fue Juana de Arco? —Una drogadicta maestra. — ¿De dónde has sacado eso? — ¡El libro dice que murió por heroína!


Ese día en la escuela hay una inspección por lo que la maestra prepara a los alumnos:
Les pide que no digan: “Maestra: ¿puedo ir al baño a orinar?” Sino que digan: “Maestra: ¿puedo ir a cortar una flor?”
Llega la inspección y se sientan a contemplar la clase, al poco rato los niños comienzan a preguntar: Juanito: – ¿Maestra: puedo ir a cortar una flor?
María: – ¿Maestra: puedo ir a cortar una flor?
Pepito: ¿Maestra: puedo ir a cortar una flor?
Al poco rato vuelve Pepito del baño y pregunta:
Maestra, ¿me presta papel para limpiarme el florero?


– Pepito, ¿qué estás estudiando? – Geografía – ¿Ah sí? a ver, ¿dónde está el Amazonas? – En la página 31 profesora.


– Los estúpidos pónganse de pie. Pepito se para y la maestra le pregunta: -¿Pepito tu eres un estúpido? – No, pero es que me da lástima verla ahí parada sola!


La profesora le pregunta a Pepito:
– Dime una palabra que empiece por la letra M
Pepito responde:
– Sartén
– Pero Pepito donde lleva sartén la M.
– Maestra en el mango.


Pepito le pregunta a la maestra:
– Maestra, ¿usted me castigaría por algo que yo no hice?
– Claro que no, Pepito.
– Pues que bueno, porque yo no hice mi tarea.


En la escuela, la maestra pregunta:
– A ver Pepito, ¿cómo te imaginas la escuela ideal?
– ¡Cerrada, maestra!


El maestro le pregunta a Pepito:
– ¿Cómo suena la M con la A?
Y Pepito le dijo: – Ma.
– Muy bien Pepito, y si le colocas una tilde (un acento), ¿cómo suena?.
Pepito contestó:
– Matilde.


El maestro pregunta a Pepito:
– ¿Cuánto es dos más dos más dos?
– Depende profesor, porque si los números están horizontales son 222 y si están verticales son 6.
– Ah… ¿eres muy sabio no? Dime, ¿Cuántos son los mandamientos de la Ley de Dios?
– Los mandamientos son… depende profesor, porque si son para hombres son 10, pero si son para mujeres son 9, porque las mujeres no pueden desear la mujer del prójimo, a menos que sean lesbianas.
– ¡Eres un hijo de Pvt< Pepito!
– Depende profesor, porque si soy hijo de mi mamá No, pero si soy hijo de la suya Sí.


El maestro le hace una pregunta práctica a Pepito:
– A ver Pepito, si tienes 6 dólares en un bolsillo del pantalón y 5 en el otro ¿Que tienes?
– Pues seguro tengo los pantalones de otro maestro, porque yo no tengo dinero.


La maestra pidió a los alumnos que para el día siguiente trajeran objetos que sirvan para curar (medicinas y cosas así) y que les pregunten a sus papás para qué sirven.
Al día siguiente pregunta:
– A ver, Pepito, ¿Qué trajiste?
– Yo traje un tanque de oxígeno, con mascarilla y todo.
– ¿Y quién te lo dio?
– Mi abuelito.
– ¿Y qué te dijo?
– ¡¡No, Pepito, por favor… que me mue….!!.


Pepito llora en clase y la maestra preocupada le pregunta:
– Dime Pepito, ¿a qué viene tanto llanto?
– Maestra es que perdí mi saca punta y mi papá me va a pegar: ¡Si usted hubiese visto, los golpes que le dio a mi hermana cuando perdió la regla!


La profesora ese día llego algo tarde a la escuela y le pregunto a cada muchacho que hacía en ese intervalo.
– Martica, ¿Qué has hecho tú?
– Yo pinté en la pizarra.
– Tomasito, y tú, ¿Qué hiciste?
– Yo tiré mi mi mochila contra el suelo.
– Pepito, y tú, ¿Qué hiciste?
– Yo tiré serpentina por la ventana.
Caramba, aprendan de Pepito que no es un malcriado como ustedes.
Pero al pasar unos minutos, tocan la puerta de la clase y entra una niña toda golpeada, la profesora le pregunta:
– ¿Y quién tu eres?
– Yo me llamo Serpentina.



– Pepito no puede dormir en clase. – Lo sé maestra, con usted hablando tal alto es imposible.


– Pepito, traduce al inglés: “El gato cayó al agua y se ahogó”.
– Fácil: the cat cataplum in the water gluglu no more miau miau.


– Pepito, ¿crees que la tecnología reemplazará algún día al papel? – No lo creo profesora, ¡no me veo en el baño limpiándome con un BlackBerry!


– Pepito, ¿Cómo suena la M con la A? – MA. – Muy bien, ¿y con una tilde? – ¡MATILDE!


– Pepito, ¿usted vino a la escuela a estudiar o a conversar? – Profesor, en realidad vine a dormir, pero con todo este ruido es difícil.


– Pepito, diga dos pronombres: – ¿Quién? ¿Yo? – ¡Muy bien! Aprobaste.


El profesor reparte las notas de una prueba en clases:
– Pedrito un diez.
– Martica un ocho.
– Juanito un seis.
– Pepito tienes un cero, has copiado el examen de Juanito.
– ¿Y usted cómo lo sabe maestro?
– Porque las cuatro primeras preguntas, están iguales, y en la última pregunta Juanito respondió: “esa, no me la sé”, y tú has puesto: “yo tampoco”.


– Dime Pepito, ¿De qué país son Los Mayas? – De mayami profesora.


chistes de Pepito en la escuela

– Pepito di una oración con el verbo supongo.
– Mi abuelita se metió el periódico bajo el brazo! Supongo que va a cagar, porque ella no sabe leer.


– Pepito, ¿por qué no hiciste la tarea? – Profe mi papá y yo arrancamos todos los árboles del parque y ninguno tenía raíz cuadrada.


– ¿Pepito y tu lápiz? – Lo perdí profe. – ¿Y no se lo has dicho a tus padres? – Ni loco, mi hermana perdió la regla hace tres meses y qué problema se formó.


– Pepito ¿Y tu tarea? – Se la comió mi perro – Pero pudiste imprimirla de nuevo – Mi perro se comió la impresora – Llamaré a tus padres – También se los comió.


– Pepito, ¿cómo se dice perro en inglés? – Dog, maestra – Muy bien, ¿y veterinario? – ¡Dogtor!


– Pepito ¿por qué los niños no deben de hacer ruido en la misa? – ¡Pues porque hay mucha gente dormida!


– Pepito escriba en la pizarra campana. – Maestra no sé cómo se escribe. – Así mismo como suena. – Ok, talán, talán.

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